En el marco del apoyo federal que reciben los municipios para el combate a la inseguridad a través de Subsidio a la Seguridad Municipal (SUBSEMUN); es que el Municipio de Torreón, Coahuila; recibió de la federación la cantidad de 60 millones de pesos para invertirlos en acciones que combatan a dicho flagelo que, cabe mencionar, se ha apoderado de la ciudad alejando la tranquilidad y la paz que otrora imperaban en la región.
El detalle; es que es el gobierno del Estado quien pretende decidir cómo y cuándo invertir dichos recursos puramente federales. Y es que en la supuesta concordancia con el proyecto de seguridad estatal denominado modelo Coahuila; la actual asesora en materia de seguridad del gobierno estatal, la periodista Isabel Arvide, tiene toda la intención de gastar recursos cuyo ejercicio compete única y exclusivamente al Municipio; en clara violación a la esfera autonómica que poseen los municipios en nuestro país y que tiene andamiaje legal en el artículo 115 constitucional; y en claro atentado contra el clamor social que exige la salida del ejército de las calles y su regreso a los cuarteles dados los atentados contra los derechos humanos y las garantías individuales de los ciudadanos por parte de los elementos castrenses; esto por la inserción de militares ya no sólo en las calles; sino en las direcciones de seguridad pública de varios municipios de Coahuila; incluido Torreón; gracias a la exigua visión de seguridad pública de la periodista Arvides; visión enmarcada en el Modelo Coahuila que supone militarizar la seguridad pública en la entidad.
La intención de la periodista es a todas luces perniciosa debido a tres aspectos que resulta imprescindible mencionar.
1. Los nombramientos de militares por designio estatal para ocupar las direcciones de seguridad pública en diversos municipios no es más que intervencionismo puro al más clásico estilo priísta; por ello no resulta sorprendente el que los designios hayan tenido efecto en municipios gobernados por alcaldes priístas.
2. Afianzar el poder y la permanencia de la milicia ya no sólo en las calles, sino en las direcciones de seguridad va en contra de las cada vez más exigencia sociales que reclaman el repliegue de los militares a sus respectivos cuarteles; al parecer la asesora en seguridad piensa que los rudos militares son la panacea contra la inseguridad. Así lo afirma al asegurar que limpiarán las instituciones sociales corrompidas por el crimen organizado; yo me pregunto, al respecto, ¿acaso el ejército es extremadamente impoluto y sobre todo respetuoso de los derechos ciudadanos?
3. Finalmente, la pregunta que más de uno debe estarse formulando ¿Por qué un asesor en seguridad está supliendo en sus funciones al actual secretario de seguridad pública estatal?; esto porque al parecer la política de seguridad pública esta siendo acaparada en su totalidad por la periodista en mención.
Definitivamente; el modelo Coahuila trae consigo dudosas y conculcadoras acciones para combatir la inseguridad; dicho modelo no debe violentar las atribuciones del Municipio; no debe militarizar tampoco la seguridad pública; porque a ese paso; el próximo gobernador será un militar y volveremos inexorablemente a un pasado que creíamos había finalizado con Manuel Ávila Camacho; último presidente militar. En todo caso, lo que debe hacer dicha iniciativa es empezar por depurar la policía estatal, plagada de ineficiencias y altas corruptelas e invertir recursos cuyo origen no violenten la dinámica entre federación y municipios que supone el SUBSEMUN.
Lo que se necesita para combatir la inseguridad es empleo bien remunerado, educación, vivienda, calidad de vida; no ideas de una experta en farándula política que lo único que refleja es el grado de desesperación e impotencia gubernamental hacia un problema que se les ha salido de las manos.
El detalle; es que es el gobierno del Estado quien pretende decidir cómo y cuándo invertir dichos recursos puramente federales. Y es que en la supuesta concordancia con el proyecto de seguridad estatal denominado modelo Coahuila; la actual asesora en materia de seguridad del gobierno estatal, la periodista Isabel Arvide, tiene toda la intención de gastar recursos cuyo ejercicio compete única y exclusivamente al Municipio; en clara violación a la esfera autonómica que poseen los municipios en nuestro país y que tiene andamiaje legal en el artículo 115 constitucional; y en claro atentado contra el clamor social que exige la salida del ejército de las calles y su regreso a los cuarteles dados los atentados contra los derechos humanos y las garantías individuales de los ciudadanos por parte de los elementos castrenses; esto por la inserción de militares ya no sólo en las calles; sino en las direcciones de seguridad pública de varios municipios de Coahuila; incluido Torreón; gracias a la exigua visión de seguridad pública de la periodista Arvides; visión enmarcada en el Modelo Coahuila que supone militarizar la seguridad pública en la entidad.
La intención de la periodista es a todas luces perniciosa debido a tres aspectos que resulta imprescindible mencionar.
1. Los nombramientos de militares por designio estatal para ocupar las direcciones de seguridad pública en diversos municipios no es más que intervencionismo puro al más clásico estilo priísta; por ello no resulta sorprendente el que los designios hayan tenido efecto en municipios gobernados por alcaldes priístas.
2. Afianzar el poder y la permanencia de la milicia ya no sólo en las calles, sino en las direcciones de seguridad va en contra de las cada vez más exigencia sociales que reclaman el repliegue de los militares a sus respectivos cuarteles; al parecer la asesora en seguridad piensa que los rudos militares son la panacea contra la inseguridad. Así lo afirma al asegurar que limpiarán las instituciones sociales corrompidas por el crimen organizado; yo me pregunto, al respecto, ¿acaso el ejército es extremadamente impoluto y sobre todo respetuoso de los derechos ciudadanos?
3. Finalmente, la pregunta que más de uno debe estarse formulando ¿Por qué un asesor en seguridad está supliendo en sus funciones al actual secretario de seguridad pública estatal?; esto porque al parecer la política de seguridad pública esta siendo acaparada en su totalidad por la periodista en mención.
Definitivamente; el modelo Coahuila trae consigo dudosas y conculcadoras acciones para combatir la inseguridad; dicho modelo no debe violentar las atribuciones del Municipio; no debe militarizar tampoco la seguridad pública; porque a ese paso; el próximo gobernador será un militar y volveremos inexorablemente a un pasado que creíamos había finalizado con Manuel Ávila Camacho; último presidente militar. En todo caso, lo que debe hacer dicha iniciativa es empezar por depurar la policía estatal, plagada de ineficiencias y altas corruptelas e invertir recursos cuyo origen no violenten la dinámica entre federación y municipios que supone el SUBSEMUN.
Lo que se necesita para combatir la inseguridad es empleo bien remunerado, educación, vivienda, calidad de vida; no ideas de una experta en farándula política que lo único que refleja es el grado de desesperación e impotencia gubernamental hacia un problema que se les ha salido de las manos.