El cambio climatico y los daños que este trae consigo, según los expertos, ha empezado a manifestarse de manera alarmante en detrimento de nuestro planeta y de los que lo habitamos; el ártico empieza a derretirse, miles de especies están a punto de desaparecer, países como Bangladesh tienen sus dias contados, ya que, inexorablemente, serán engullidos por el Océano, los ciclones empezaran a disminuir en el próximo cuarto de siglo, con efectos perniciosos para regiones como la nuestra: dependiente de las presas para el cultivo agrícola; las cuales, ante la falta de estos fenómenos meteorológicos, no se llenarán más. La lista es enorme, los daños no menos, sin embargo, las naciones han empezado a tomar acciones con el objetivo de disminuir el llamado efecto invernadero, no obstante, parece ser que las medidas tomadas, a manera de remedios, parecen ser mucho mas perniciosas y dañinas que la propia enfermedad climática.
Una de las primeras medidas tomadas por los gobiernos (ante el estrepitoso fracaso del protocolo de KIOTO), fue el reducir las emisiones de co2, arrojadas por los vehículos de motor principalmente. Para ello se tomó la decisión de que los motores utilizaran menos gasolina rebajándola con otro combustible derivado del maíz y de la caña de azúcar, llamado Etanol. Este combustible al ser quemado por el motor no produce co2, ni gases dañinos, de esta manera, habría menos emisiones de gases dañinos y consecuentemente mejoraría la salud de nuestro entorno.
No obstante, la medida de ninguna manera ha probado ser benéfica en aras de la batalla contra el calentamiento global, millones de hectáreas cultivables se están utilizando para cultivar maíz con fines mecánicos, no alimentarios, como debería de ser, este al mismo tiempo, es sin duda una de las causas de la escalada actual de precios a nivel mundial. Asimismo, y comprobado está, el principal pulmón del mundo, es decir, la selva amazónica, esta siendo devastada para este fin (cultivos para Etanol).
Por otra parte, la tendencia global para mantener limpio el aire está impulsando el mercado del platino, material usado para producir convertidores catalíticos para los automóviles. Las reservas mundiales de platino (90%) se encuentran en Sudáfrica, y es la empresa Anglo American, quien se esta encargando de su extracción; sólo que para ello, ha provocado que miles de habitantes tengan que mudarse de sus tierras ancestrales para ser reubicados en pueblos prefabricados, recibiendo una compensación y un pedazo de tierra. Todo esto con el financiamiento de Anglo Platinum, subsidiaria de Anglo American. Sin embargo, habitantes del poblado llamado Ga-Pila, se han negado a salir, no sólo porque esas son consideradas tierras ancestrales, sino porque allí mismo se dan las condiciones para los cultivos de calabaza, frijol y caña de azúcar, mediante los cuales los habitantes de este poblado sobreviven; y ante la negativa de éstos a salir, el gigante corporativo, está tomando medidas que a mi juicio, son todavía peores que las tomadas durante los tiempos del Apartheid en África: Cortes constantes del suministro eléctrico, corte de la red hidráulica, y por si los habitantes intentaban beber agua del subsuelo, Anglo Platinum les ha contaminado el agua subterránea con sus desechos provenientes de las minas en donde extraen el platino. Prueba de ello fue el descubrimiento por parte de la ONG, Action Aid, de 10 fuentes de agua altamente contaminadas.
De todo esto surge una pregunta; ¿justifica combatir el cambio climatico, la hambruna de millones de personas, la destrucción del amazonas, la escalada de precios mundial, el exterminar una población en África? Me parece que la respuesta es no, y no porque el calentamiento sea poca cosa, sino porque el panel intergubernamental de expertos en cambio climatico, (IPCC) auspiciado por la ONU, ha afirmado que la solución para frenar el calentamiento sencillamente es sembrar árboles, millones de ellos, esa es la simple solución. Pero de esto, a que los gobiernos de Brasil y Estados Unidos, beneficiados con la producción de Etanol, decidan suspender su producción, media una brecha enorme; los intereses económicos están primero, al fin que la clase gobernante posee los medios para salir incólume de los precios altos, no dependen de una cosecha para subsistir, y finalmente, los efectos mas devastadores del calentamiento, se dejaran sentir dentro de aproximadamente 100 años, seguramente ya no estarán para sufrir. Con esta forma de pensar, y sin que nadie diga y haga nada, seguramente el remedio que se esta aplicando a la actual crisis climática derivará en resultados calamitosos para las próximas generaciones, con el auspicio, claro está, de nuestra actual generación.
