Ha iniciado la Segunda parte de la era Donald Trump en los Estados Unidos, con un claro y específico mensaje para nuestro país; y es que desde la no invitación a su toma de protesta a nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, el mensaje es más que claro: el antihispanismo, o más específicamente, antimexicanismo del presidente Trump sería el preludio de una serie de acciones en contra de nuestro país bajo la visión xenófoba que caracteriza a este político estadunidense. Ahora ya como presidente, ha iniciado una avasallante serie de decretos ejecutivos que suman aproximadamente 100 en tan solo dos días de su gobierno, entre estos destacan: directiva para declarar la emergencia nacional en la frontera sur; la negativa para el otorgamiento de ciudadanía automática para los nacidos en EE.UU., hijos de inmigrantes indocumentados; suspensión del programa estadounidense de reasentamiento de refugiados; también ha designado a los carteles de la droga y a las bandas criminales transnacionales como organizaciones terroristas extranjeras en una lista que incluye a al Qaeda, el autodenominado ISIS y Hamas; así mismo solicitó relanzar los esfuerzos para "construir barreras físicas adicionales a lo largo de la frontera sur".; es decir, continuar con la construcción del muro fronterizo; también volvió a implementar su política de "Quédate en México" en una orden ejecutiva. Cabe mencionar que esta es una medida ya instrumentada en su anterior mandato en la cual devolvió a unos 70.000 solicitantes de asilo no mexicanos al otro lado de la frontera a la espera de audiencias.; así mismo, firmó otra orden ejecutiva para iniciar el proceso de retirada de EE.UU. de la Organización Mundial de la Salud (OMS); y quizá un acto todavía más preocupante es el otorgamiento del Indulto a 1.500 personas que irrumpieron en el Capitolio de EE.UU y que fueron acusados de sedición dejando en claro que el radicalismo que respalda su ideología será inmune los próximos cuatro años. Finalmente, firmó la eliminación de 80 normas de la era Biden para borrar de un golpe los cimientos dejados por el presidente anterior. Sin duda, su radicalismo ha sorprendido por la velocidad con que han sido firmados sus decretos, y aunque se espera una batalla legal por algunas de sus decisiones que van en contra de enmiendas constitucionales, lo cierto es que nos espera una relación difícil en la que aún no se han tocado los sensibles temas comerciales y que sin duda pondrían en jaque el desarrollo económico de ambas naciones en caso de confrontamiento derivado de decretos ejecutivos en la materia. La segunda parte de la era Trump será un reto para todo el mundo, pues uno de estos decretos inclusive retira a los EE.UU de los acuerdos de París en materia medioambiental en un tema que debe atenderse como lo es el calentamiento global. Aquí, el día de hoy, cobra sentido aquélla frase del intelectual Nemesio García Naranjo que quedara inmortalizada: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”.
