Fue aprobada la propuesta más
absurda por una comisión de legisladores en la historia del vecino Estado de
Nuevo León. A iniciativa de los legisladores panistas y respaldada por priistas
y morenistas se abrió la posibilidad de llevar a consulta la permanencia del
actual gobernador, Samuel García, en el cargo mediante la revocación de mandato
al aprobarse la reforma a la ley de participación ciudadana. El motivo absurdo
para querer sacar a Samuel del poder es porque según los legisladores
“prianmorenistas” existe descontento social derivado de la crisis del agua que
atraviesa el Estado de Nuevo León. Esta
iniciativa solo denota dos cosas: la primera es un lastimoso revanchismo
político que se traduce en acciones montoneras sin sentido porque no han podido
superar la vapuleada electoral que Samuel les aplicó en la pasada elección en
que se eligió gobernador en el estado neoleonés. Y en segundo una terrible
ignorancia por parte de los legisladores sobre la actual sequía que afecta a
nuestro país, particularmente en los Estados norteños. Según la Comisión
Nacional del Agua (CONAGUA) cada 7 de cada 10 municipios en México no cuentan
con todo el vital líquido que necesitan para abastecer a sus respectivas
poblaciones. Ya es, por lo tanto, una declaratoria de emergencia que afecta
también a la industria y la agricultura que concentran más del 80% del consumo
del país, es decir, se trata de un problema que ha ido creciendo debido al
consumo de grandes consorcios y que por lo tanto no es culpa directa de ningún
alcalde o gobernador. El descontento social es comprensible, quienes hemos
vivido la falta de agua conocemos la desesperación del consumo limitado de agua
y por ello sabemos la molestia e impotencia que se siente la escases, y sería
mucho más molesto que las autoridades no hicieran nada al respecto, pero no es lo
que sucede con el gobernador de Nuevo León, quien todos los días sube a sus
redes sociales acciones para incrementar el flujo de agua como clausurar tomas
clandestinas, bombardeo de nubes, recorridos en búsqueda de fuentes de agua así
como otras acciones, es cierto que parte del clamor social le exigen que actúe
contra las empresas que consumen grandes cantidades de agua como las
refresqueras, pero no se trata de una decisión tan simple, pues el cierre de estas
empresas supone la pérdida de miles de empleos y por ende familias que dependen
de la existencia de industrias que consumen grandes cantidades de agua como las
cerveceras, lecheras y refresqueras. No es tan simple extinguirlas como si
nada. Finalmente, si de responsabilidades hablamos, el poder se divide en tres
y el legislativo es uno de ellos, por lo tanto, los legisladores también tiene
culpa ante la crisis y deben legislar para asegurar el abasto de agua de aquí
en adelante, no solo verse tan “dolidos” y querer aprovechar la coyuntura
nacional de sequía para lograr aliviar el dolor postelectoral que por lo que se
ve siguen sin superar. Supongo que deben tener un plan por si logran derrocar a
Samuel y llegar ellos al poder para aplicarlo de inmediato y resolver ipso facto el problema de la sequía en el
norte del país, o al menos en Nuevo León.