Se agotó el calamitoso e ignominioso 2020; un año que sin duda resaltará dentro de los anales de la historia; ha sido un año de tragedias, de sucesos que sin duda alguna han marcado no solo a sociedades, sino a la raza humana en general. Todo lo sucedido palidece frente a la gran calamidad del SARS-CoV-2; cuyas afectaciones fueron más allá de la salud, la hecatombe y el temor; pues también significó un golpe a la economía mundial que a ciencia cierta apenas estamos comprendiendo la profundidad del daño. Al margen del COVID 19, les presento lo que, a mi parecer, serán los retos que a nivel local, nacional e internacional habremos de enfrentarnos en lo que el sociólogo canadiense Marshall McLuhan llamó “la aldea global.“ Iniciemos, entonces, con el ámbito local: en Coahuila tendremos un proceso electoral en el cual habremos de renovar los 38 ayuntamientos bajo la expectativa del cambio o la continuidad; con el antecedente directo de octubre de 2020 los diversos partidos y candidatos independientes preparan todo para bombardear a los coahuilenses de los diversos municipios con las tradicionales y ya desgastadas promesas que habrán de definir el destino de los municipios en los próximos tres años. A nivel nacional, de igual manera nos enfrentaremos a una elección federal para renovar la cámara baja mediante la elección de los 500 diputados en lo que será sin duda la gran prueba de fuego del presidente Andrés Manuel López Obrador en un resultado que legitimará su mandato o supondrá un revés a sus acciones en la primera mitad de su actual gobierno. No solo se trata de legitimación, sino del preludio de la continuidad en 2024 de la izquierda en el poder o el retorno del “ancien regime” También la crisis de las caravanas migratorias incentivadas por las afectaciones económicas del coronavirus habrán de ser un reto muy serio para nuestro gobierno. Finalmente, el sector educativo habrá de continuar de manera virtual lo que supondrá ser un reto bastante complejo para docentes, alumnos y sobre todo padres de familia quienes deberán mantener el actual esquema que ha sido bastante cuestionado en sus procedimientos como en sus resultados. A nivel internacional, habremos de enfrentar el arribo al poder en los Estados Unidos de Joe Biden y lo que pudiera ser la restauración o la reorientación de un gobierno demócrata que se ha caracterizado en otras ocasiones por su agresiva política antimigratoria hacia nuestro país. La Unión Europea, por su parte, habrá de consolidar una política de unidad para evitar la posible desintegración que dio inicio con el BREXIT. Desde luego que los retos son innumerables, sin embargo, me parece que los glosados marcarán la agenda local, nacional e internacional con mayor intensidad y que, desde luego, no opacarán en lo absoluto a lo que pudiera ser el año de la recuperación o sanidad mundial al lograr obtener resultados positivos en la vacunación ante el coronavirus. Quizá el reto más grande de la humanidad para 2021 vaya más allá de los ya mencionados, de la posibilidad de regresar a la normalidad o nueva normalidad, sino de saber hasta qué punto la humanidad ha entendido el mensaje que nos ha dejado la actual pandemia. Si habremos de vivir en un mundo con más respeto hacia nuestro entorno y elevar nuestro nivel de conciencia personal frente a los daños que podemos provocar a la gran colectividad o simplemente encontrar al murciélago o pangolín culpable, y seguir adelante como si nada hubiera pasado caminando hacia un fin mayormente terrible; sea como sea, bienvenido 2021; que el periplo valga la pena. ¡Feliz año a todos!!