El conflicto entre Estados Unidos e Irán ¿conducirá a una tercera guerra mundial? Desde luego que no, y lo afirmo de manera categórica. De pronto pareciera que la misma sociedad a través de las redes sociales disfruta de la siembra del pánico, con base en información generalmente desatinada. Por ello, en lo personal, no manifesté un solo comentario al respecto en mis cuentas en redes. En primer lugar, porque Irán no tiene ni tendrá en el mediano plazo armas nucleares, por lo que se antoja difícil un conflicto de proporciones ecuménicas con destrucción masiva. De hecho, el programa de enriquecimiento de uranio por parte de Irán fue suspendido durante el mandato de Barack Obama como condición para que se levantaran ciertas restricciones económicas hacia Irán por parte de los gringos, por lo que no existe ese riesgo. En segundo lugar, porque las alianzas militares ya no son las mismas desde el final de la guerra fría. La primera y segunda guerra mundial se desataron existiendo dos claros y definidos bandos militares signados por alianzas que obligaban a los signatarios a acompañar a sus aliados en cualquier declaración de guerra. Declararle la guerra a japón en 1940 era declarare la guerra en automático a Italia y Alemania; lo mismo sucedía con los aliados, de tal suerte que sus destinos iban unidos en cualquier conflagración. Cuando llega la guerra fría, claramente existían dos bandos bastante poderosos; la OTAN, integrada ahora por los antiguos aliados y los integrantes del pacto de Varsovia que incluía a países europeos socialistas. Luego de la desintegración de la URSS, la única alianza militar que sobrevivió hasta nuestros días es la OTAN. Rusia perdió las alianzas con los países que se encontraban bajo la llamada cortina de acero, es por eso que hoy, ningún país con armas nucleares apoyaría militarmente a Irán, puesto que los lazos ahora ya no son militares, sino eminentemente comerciales. Es cierto que la influencia de Rusia y China se expanden por el mundo, y que son países con armamento nuclear, pero de ninguna manera ello supone que entrarán a un conflicto armado por un socio comercial, además del conocimiento a conciencia de estos países de lo que supondría una guerra mundial con armas nucleares, pues nadie quedaría para contarlo y no habría botín para repartir. De todo esto, nos encontramos frente al clásico intervencionismo yanqui en oriente medio; ese que lo ha hecho ingresar bajo pretextos de seguridad mundial y orden democrático en países como Irak, Afganistán, Siria y ahora Irán. Y es en este último país, que los norteamericanos han tenido influencia desde el golpe de Estado en ese país islámico en 1953 en que la CIA reconoce haber participado y en cual, el nuevo gobierno de ese entonces benefició considerablemente a gringos e ingleses con petróleo hasta que la revolución islámica de 1979 los desterró para siempre de ese país y al cual han intentado volver a controlar desde los años ochenta. Se trata de un intento de reconquista con serios objetivos económicos; desde luego, con ataques militares que no trascenderán de la participación de estos dos actores que ahora están en conflicto. A lo mucho, un ataque contra enclaves militares en Irak que no supondrán más muertes que los propios ataques de connacionales en suelo norteamericano como los tiroteos de 2019. En resumidas cuentas: No, no se acerca ni por error una tercera guerra; se trata solo de un conflicto económico con disfraz militar tradicionalmente norteamericano.