Comencemos por lo elemental: Peter Eigen, fundador de transparencia internacional, acuñó una frase que define la importancia de realizar mediciones para incrementar la calidad. “Si quieres mejorarlo, hay que medirlo.” De ahí que, si queremos mejorar el servicio o desempeño de una administración pública, debemos medir constantemente su desempeño. En un ayuntamiento el Cabildo es el Órgano máximo de autoridad, al que le corresponde la definición de las políticas de la Administración Pública referente a leyes y reglamentos aplicables al Municipio. Teniendo en cuenta esta importancia nodal para el desarrollo de un municipio, es que se vuelve imprescindible contar con instrumentos que permitan realizar la medición del desempeño de este importante órgano colegiado de decisiones públicas. Es preciso citar dos ejemplos de dos municipios coahuilenses cuyos casos son taxativos al tema en cuestión. El primer caso, el municipio de Torreón, que cuenta con un instrumento virtual denominado “Monitor del Cabildo”, en donde se puede acceder a información de regidores y síndicos, así como a las comisiones que están conformadas y la producción o dictámenes que se acuerdan en cada una de estas. Esto permite saber cuáles comisiones están trabajando y cuáles no, cuáles regidores están haciendo reamente su trabajo y cuáles no. Y es que muchos regidores o la gran mayoría confunden su acciones diarias -como asistir a paradas cívicas, ceremonias, organización de eventos, etc.,- con el trabajo legislativo que le corresponde a un regidor, y esta confusión es aprovechada para atraer reflectores y llamar la atención sin que realmente realicen acciones en beneficio directo a la sociedad que representan. Para el caso de Allende, a iniciativa del autor de esta columna, se creo el Barómetro del Cabildo, cuya intención es echar un vistazo a las iniciativas que por regidor se presenten en las sesiones de cabildo, así como los dictámenes que por comisión se acuerden y se sometan a sesión. Desde luego que este tipo de medición no es común y suele generar molestias a los ediles, pues no están acostumbrados a que se escanee su desempeño. No obstante y las dos comparaciones, hay un precisión que debe realizarse: en el caso de Torreón, el instrumento fue promovido por el mismo municipio y por lo mismo la información fluye y alimenta el sitio web para que la ciudadanía pueda acceder a la información; mientras que para el caso de Allende, la iniciativa surgió de un ciudadano y la información se consigue por medio del uso del derecho de acceso a la información, y al respecto, la medición no puede ser periódica por el hecho de que el municipio de Allende se niega a entregar esta información de manera trimestral, conculcando con ello un derecho humano consagrado en la constitución en el artículo sexto, además de atentar contra el derecho de la ciudadanía a estar informada sobre el desempeño de sus regidores y síndicos. Se trata, pues, de un derecho constitucional y de una acción de información que beneficia directamente a la sociedad e indirectamente al municipio, pues el hecho de medir desempeño obliga a los ediles a mejorar su trabajo, so pena de quedar evidenciados como ineficientes o diletantes. Transparencia y eficiencia, acicates indispensables para el desarrollo de un municipio, aunque para el caso de Allende, la opacidad es la regla y esta parece esconder la ineficiencia de quienes se suponen deben apuntalar el desarrollo de las políticas públicas municipales. La medición del barómetro se encuentra a medias, hasta que el compromiso del actual ayuntamiento con el desarrollo de su pueblo sea una realidad.