miércoles, 14 de noviembre de 2018

RETROCESO EDUCATIVO


Aciertos y errores, atinos y desatinos, de pronto el gobierno del cambio representado ya sea por el legislativo en funciones dominado por MORENA, o por las decisiones tomadas por el presidente electo, provocan sentimientos encontrados que impiden definir si vamos por buen o por mal camino. Se realizan consultas para tomar en cuenta la opinión del pueblo; punto bueno, pero la encuesta no es legal y huele a parcialidad, lo que le resta valía a dicha iniciativa; se eliminan las pensiones a expresidentes; punto bueno, pero se anuncia que en comisiones los legisladores han iniciado el desmantelamiento de la reforma educativa, lo cual, lejos de ayudarnos a crecer como país, nos ancla al mal del subdesarrollo. No se trata de revanchismos ni de temas personales contra el magisterio, pero toda nación que hoy es desarrollada le apostó en su momento principalmente al tema de la educación. Singapur, una nación que hace pocas décadas tenía índices de desarrollo humano y crecimiento económico por debajo de países como el nuestro, encontraron la senda del éxito y ahora abrazan el desarrollo gracias a sus esfuerzos en materia educativa. No se trata de una simple percepción. También es cierto que los países con mayor éxito económico ofrecen los mejores resultados en evaluaciones como PISA. Y es que no se requiere mucha materia gris para poder entender que la educación es la clave del éxito y el futuro de una nación; también es sencillo comprender que la evaluación es pieza axial para la mejora continua. “Si quieres mejorarlo, hay que medirlo”, afirmaba acertadamente Peter Eigen, fundador de Transparencia Internacional. Por ello, resulta preocupante que la cámara de diputados, a través de la comisión de educación, haya avalado el dictamen que elimina las disposiciones punitivas sobre la evaluación a docentes. El documento elimina el párrafo que establecía la separación del cargo a quien se negara a participar en la evaluación o que no se incorpore al programa de regularización o que obtenga resultados insuficientes. El nuevo texto señala que a pesar de que los docentes “reprueben” en tres ocasiones seguidas, se le continuará apoyando con capacitación pertinente. Es decir, ya no pasará nada si los docentes simplemente no son aptos para el puesto. Esta decisión contrasta con la tendencia mundial, pues según la UNESCO, "la mayoría de los países con buenos resultados educativos evalúa a sus profesores." Y no solo en el ámbito educativo, en el Instituto Nacional Electoral, solo por citar un ejemplo, se evalúa periódicamente al personal y aquéllos vocales que no aprueban el examen de conocimientos son cesados inmediatamente del puesto. La evaluación permite hacer una distinción entre aquéllos docentes que se preparan constantemente, que se actualizan, que son “aptos” para el cargo y que tienen vocación de servicio, de aquellos improvisados, diletantes o que accedieron al puesto mediante herencia familiar o compra de la plaza y que su actuación abona al marasmo educativo que azota a este país. Si realmente queremos no solo mejorar los índices de mejora en evaluación educativa, sino fincar las bases para un futuro promisorio que nos aleje del sótano del subdesarrollo, la evaluación docente y su aparato punitivo deben ser una realidad, no obstante, el desacierto del gobierno del cambio aduciendo la defensa de los derechos laborales de los maestros y metiendo reversa a la que considero fue la reforma más importante del sexenio de Enrique Peña Nieto; solo nos condena a seguir en la ruta de la ignominia educativa.