miércoles, 24 de octubre de 2018

CONSULTA INAPROPIADA

Ha iniciado la consulta popular sobre el Nuevo Aeropuerto, el periodo será del 25 al 28 de octubre y los resultados de la misma serán vinculantes para el gobierno entrante, es decir, serán mandato que deberá acatarse sin cortapisas. Al son de la pregunta: “Dada la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, ¿cuál opción plantea usted que sea mejor para el país?". Habrá, al respecto, dos opciones. La primera es "Reacondicionar el actual aeropuerto de la Ciudad de México y el de Toluca, y construir dos pistas en la base aérea militar de Santa Lucía" mientras que la segunda es "Continuar con la construcción del Nuevo Aeropuerto y dejar de usar el aeropuerto actual". El tema es bastante controvertido, pero el origen del mismo es lo que parece ser un negocio en beneficio de unos cuantos que debió ser analizado con más detalle, y para ello AMLO recurre a la “sabiduría del pueblo”, esa sapiencia que ha quedado demostrada con linchamientos recurrentes hacia personas inocentes, así como las noticias falsas compartidas diariamente por usuarios de redes sociales que solo alarman a otro resto social que toma como certero todo lo que aparece en la red. Por supuesto que irrita la idea de pensar que un grupo voraz de empresarios se verán beneficiados con contratos millonarios, y las reacciones ante la posible cancelación de la obra han dejado en evidencia que son empresas como Carso (de Carlos Slim), ICA, Grupo Hermes y GIA+A, los beneficiarios cuyos contratos superan hasta el momento los 76 mil millones de pesos. No obstante, la idea de consultar a una sociedad que no se caracteriza precisamente por su sabiduría resulta bastante fuera de lugar, en lo personal, desconozco en su totalidad temas relacionados con la ubicación adecuada de pistas aeroportuarias, o la eficiencia técnica y operativa que debe ofrecer un nuevo aeropuerto para satisfacer necesidades de capacidad de usuarios, es decir, en dichas preguntas me considero no apto para contestar. La idea de una consulta popular, según la ley federal de consulta popular, es permitir que los ciudadanos expresen su opinión respecto de uno o varios temas de “trascendencia nacional”, es decir, algo que afecte o beneficie a todos los mexicanos. El tema del NAICM no es de tal envergadura, pues se trata de un tópico de desarrollo regional, es decir, un polo de desarrollo que ciertamente traerá beneficios, pero no para todos los mexicanos. Si se tratara, por ejemplo, de un tema relacionado con la ley de ingreso o egresos con trascendencia para toda la sociedad mexicana; la consulta sería adecuada y justificada, pero no es el caso. Para que un mexicano de los 538 municipios en donde se habilitarán las mesas de consulta pudiera contestar adecuadamente tendría que tener en mente: impacto ambiental, costos financieros dependiendo de las dos opciones a escoger, capacidad de pasajeros para ambas respuestas, logística y tiempos de construcción, empleos a generar en ambas opciones; es decir, una sarta de conocimientos que le dieran al ciudadano la convicción razonada e informada para ejercer una respuesta apropiada, pero no es así. En lo personal, me parece que la decisión debe recaer en el presidente electo y su equipo de gobierno, pues la consulta más bien parece ser una manera de lavarse las manos y culpar a un pueblo “sabio” en caso de que los resultados sean desastrosos y así evitar cargar con toda la responsabilidad. Cancelar la actual obra traerá serias consecuencias: amparos legales, indemnizaciones por más de 100 mil millones de pesos y comprometiendo con ello el presupuesto federal de 2019, tiempo perdido para los estudios del nuevo aeropuerto, etc. Soy un convencido que al pueblo se nos debe consultar en algunos temas, pero no en todos, y la consulta sobre el NAICM simplemente es inapropiada. Pareciera que buscan endosarnos la culpa de algo que simplemente terminará mal.