Se trata de un esquema sencillo: intercambiar puntos
de vista y opiniones sobre un tema en particular para fijar una postura
personal sobre un tema complicado que denote tanto conocimientos sobre diversos
temas, como seguridad ante escenarios complejos. Un debate es siempre la
oportunidad para que un candidato a un puesto de elección popular exponga sus
fortalezas con respecto a sus adversarios. Al respecto, la Junta Distrital
Ejecutiva 01 con cabecera en la ciudad de Piedras Negras, ha organizado un
debate entre los aspirantes a la diputación por dicho distrito electoral, cabe
mencionar, a petición escrita del candidato de la coalición “todos por México”,
Fernando Purón Johnston. En lo que le toca a la JDE, en relación a esta
solicitud, es realizar las invitaciones a las demás fuerzas políticas o candidatos
en contienda para asegurar la presencia de cuando menos dos participantes para
que existan las condiciones operativas de un debate. Las invitaciones se
turnaron en tiempo y forma para los dos candidatos en contienda: Claudia
Elizalde Andrade, de la coalición “juntos haremos historia”, y del candidato
Evaristo Lenin Pérez Rivera, de la coalición “por México al frente”; siendo la
candidata la única en responder al oficio invitación girado por el Instituto
Nacional Electoral, fijándose la fecha para el debate el viernes 8 de junio del
presente. Como presidente de la comisión de debates, en mi calidad de consejero
electoral, doy fe del cumplimiento por parte del INE de las formalidades hacia
todos los candidatos para la preparación del debate político; por ello, es que
descalifico los argumentos presentados por el candidato de la coalición “Por
México al frente”, debido a que el político en su cuenta de Facebook profiere
algunas aseveraciones con respecto a su posible falta de participación en dicho
evento cívico democrático; argumentando axiomas bastante cuestionables y totalmente
fuera de lugar. Para empezar, el candidato muestra un oficio en donde acepta
participar en el debate, no obstante, lo que el político omite mencionar, es
que ese oficio se le entregó el día 15 de mayo, teniendo como plazo para
contestar hasta el día 19 del mismo, sin que hubiera un solo pronunciamiento de
su parte al respecto, y en base a ello, dieron inicio los trabajos de la
comisión de debates junto a las representaciones de los partidos políticos para
la preparación del mismo, eligiendo el día 8 como fecha para el evento, además
de aspectos como el recinto, la hora, el moderador y otros aspectos de logística.
A pesar de todo ello, por decisión unánime, se decidió esperar una última respuesta
del candidato para que confirmara su participación en el evento el día acordado,
dándole una fecha límite para el 29 de mayo a las 15:00 horas, mismo plazo que
venció sin que hubiera respuesta de su parte. Finalmente, ese mismo día, ya
tarde, contestaron de su equipo que sí participaría, pero bajo ciertas condiciones,
siendo una de ellas el cambio de fecha. Desde luego que después de varias
reuniones de horas y horas de trabajo, y después de dos plazos vencidos esperando
su respuesta, se procedió a continuar con la organización del debate. Por ello,
los argumentos del candidato de que faltó inclusión y diálogo por parte de la
autoridad electoral son totalmente falsos y desatinados. El INE no privilegia
la logística sobre la democracia, jamás, pero tampoco puede detenerse un proceso
democrático por un candidato que toma a la ligera los oficios invitación y que
hace caso omiso a los llamados de la autoridad. Como consejero, aseguro categóricamente
que hubo por demás inclusión, lo que no hubo, fue la seriedad y el profesionalismo
de sumarse a un esfuerzo colectivo y tratar de imponerse al final haciendo uso
de una victimización que solo deja ver la falta de un compromiso serio con el actual
proceso electoral.