El viejo adagio es sugestivo y contundente: “cada
pueblo tiene el gobierno que merece”, no obstante, en lo personal, me parece
que el adagio debe ser antecedido por otro más determinante: “cada pueblo tiene
los candidatos que merece.” Y es que, desde hace muchos años, al menos desde
que tengo uso de razón, San Pedro de las Colonias ha sido un pueblo
subdesarrollado, mediocre, al garete, dirigido por políticos que simplemente no
tienen capacidad para detonar el crecimiento y desarrollo en dicho espacio
gubernamental. Las autoridades, hasta la fecha, se han dedicado a administrar
el pauperismo y a buscar perpetuarse en el poder sin aportar acciones
pragmáticas que beneficien al municipio, tal es caso de personajes como José
Luis Flores Méndez, quien ha evitado “vivir en el error” al estar siempre
inserto en la nómina del servicio público. Para el actual proceso electoral
local en nuestra Estado, se presentan varias propuestas políticas en San Pedro
de las Colonias, dentro del cual cabe destacar la presencia de dos mujeres con
posibilidades bastante reales y asertivas de ocupar la presidencia municipal,
no obstante, estas dos candidatas, reflejan la realidad de nuestro actual y
“sui generis” sistema representativo: mediocridad, diletancia, y continuidad en
la senda del subdesarrollo. Por un lado, se presenta Martha Wong, quien
simplemente recurre al apellido del ex alcalde Emilio Marcos Wong, su hijo,
quien falleciera en un lamentable accidente, para presentarse como una
alternativa de “cambio” frente a un gobierno encabezado por Juan González, que
sencillamente rayó en el simplismo y la mediocridad y que solo fue defendido
por su fiel lacayo locutor de la radio local. Con esa simple carta, la
susodicha se presenta como la opción ideal para tomar las riendas de un municipio
que requiere mucho más que una reminiscencia nostálgica amparada en un apellido
que simplemente rayó en el populismo. Por otro lado, la ex diputada, Ana Isabel
Durán Piña, que simplemente representa el tipo de servidor público que encaja
en el término de abulia legislativa, pues como diputada, en 2015, presentó solo
tres reformas, y una especie de iniciativa para conmemorar el día de la
tartamudez, en lo personal, me pregunto de qué manera se conmemora ese día,
pues es hasta la fecha que no he visto un solo evento al respecto cada 22 de
Octubre, día de la tartamudez. Para 2016, de igual manera, presentó solo dos
reformas y una iniciativa. Es preciso señalar que las reformas son simples
modificaciones a artículos ya existentes, mientras que las iniciativas
requieren más esfuerzo y desde luego atienden situaciones que requieren
regulación inmediata, y para el caso de la ex diputada, en dos años de trabajo,
solo presentó una sola iniciativa y las demás reformas, que rayaban en el
simplismo como por ejemplo la Iniciativa con proyecto de Decreto por el que se
reforma el artículo 24 de la Ley Orgánica de la Administración Pública del
Estado de Coahuila de Zaragoza, mediante la cual propone que se establezca como
obligación y atribución de la Secretaría de Cultura del Estado, instituir la
Banda de Música del Estado. Es decir, su desempeño simplemente fue patético y
simplista y con esas cartas, busca la alcaldía de un municipio que simplemente
está estancado en un abismo calamitoso lleno de desesperanza. Decepcionantes
opciones sin duda alguna, augurios lamentables para San Pedro de las Colonias.
El pernicioso continuismo merodea, amenaza en la figura de estas candidatas a
un pueblo que simplemente no ha querido crecer.