jueves, 9 de abril de 2015

PRIORIDADES

Deplorable, lúgubre, opaco: así se veía San Pedro de las Colonias en estas vacaciones que aproveche para visitar mi amado pueblo natal. No pude dejar pasar durante mi estancia, observar como los paupérrimos medios de comunicación que existen en la ciudad siguen abogando por un puente que permita sortear el ferrocarril a los automovilistas cada vez que este se atraviesa en su paso.  Una de las máximas en la administración pública, es que la misma siempre opera con recursos limitados, los cuales deben establecerse en base a prioridades, y en ese sentido, en mi pasada visita, pude percatarme que existen otras prioridades que resultan ser más urgentes que la edificación de un puente.
Para empezar, las calles de San Pedro están terriblemente dañadas y llenas de baches o más bien pozos, pues son tan profundos que la denominación de baches simplemente les queda corta.  Todavía peor, rumbo a la ciudad de Torreón, el boulevard se encuentra a oscuras, sin una sola lámpara que ilumine tan importante arteria, y en el colmo de la burla, un estulto regidor de cuyo nombre no me acuerdo, afirmaba categóricamente que la ciudad de Torreón estaba en peores condiciones que San Pedro, por lo que era necesario tomar acciones para evitar caer en  escenarios similares a la vecina ciudad.
No sé si el susodicho entienda el atrevimiento que realizó al comparar dos ciudades con serias y marcadas asimetrías, además de minimizar el estado de la carpeta  asfáltica de San Pedro, la cual, según él, aún está en buenas condiciones. 
Entiendo la urgencia por sentir el apoyo del gobierno del Estado y la adicción a obras magnánimas y rimbombantes como puede ser un puente o paso a desnivel, el detalle, es que la ciudad presenta carencias y falencias en rubros tan elementales como lo son las vialidades, las cuales deben estar en perfecto estado, sin embargo, quizá en el desconocimiento de las prioridades de la administración pública o en el simple afán de protagonizar actos fulgurantes mediáticamente redituables, algunos defensores de la modernidad olvidan que existen prioridades que deben atenderse en nombre de la llamada calidad de vida, y eso tan solo por mencionar aspectos como el alumbrado y la cinta asfáltica, dejando de lado tópicos como el de desarrollo social y económico que siguen siendo pendientes perennemente postergados.
Sanpetrense jamás he dejado de ser, con mucho orgullo llevo ese mote a cualquier lugar, y con esa nostalgia y orgullo que me provoca mi pueblo, me causa lastima y también impotencia atisbar el deplorable estado en que se encuentra la ciudad y la permisividad y pasividad con que al respecto se refieren los medios de comunicación, en particular la mediocre radio local.
Prioridades, no caprichos, cuando logren entenderlo, exigirán lo presupuestalmente posible y el crecimiento y desarrollo comenzarán a permear en una ciudad enferma de abulia y subdesarrollo.