viernes, 21 de diciembre de 2012

REFORMA EDUCATIVA


Nadie nunca hablo de privatizar, jamás se mencionó ni siquiera por asomo dicha posibilidad, no obstante cuando se tocan intereses poderosos e inveterados la reacción es inventar la aparición de demonios que buscan otras intenciones subrepticias. De esa manera Elba Esther Gordillo, la perniciosa lideresa del poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) anuncia su postura antípoda a la urgente y necesaria reforma educativa que presento Peña Nieto y que lleva una racha perfecta de avance en el poder legislativo.
No, de ninguna manera el gobierno federal debe ceder frente a un Sindicato acostumbrado a ganar siempre, culpable de la mediocridad del sistema educativo de este país y acostumbrado también a una serie de privilegios, emolumentos, prebendas y canonjías que al parecer les resultan poca cosa. Y para ello los datos son alarmantes y lamentables, pues el gobernador de Guerrero rompió el silencio y espetó que son doce mil maestros “comisionados” que cobran sin trabajar en esa entidad. Y sin mencionar el desempeño profesional de cada uno de ellos. Y esto sólo por mencionar el Estado de Guerrero.
Evaluación docente obligatoria y la permanencia en el servicio supeditada a dicha evaluación, autonomía al Instituto Nacional de Evaluación para la Educación, y la confección de un servicio profesional docente. Estas reformas en su momento aprobadas y aplicadas traerán como resultado un mejor sistema educativo y por consiguiente mejor desarrollo social en nuestro país, pues el sector educativo es la base de todo sistema político, económico y social.
Las plazas magisteriales no son hereditarias, son cargos públicos que deben estar supeditados al desempeño profesional, y si los maestros reprueban las evaluaciones sencillamente no están aptos para el cargo y deben ser irremediablemente removidos. No se trata de una fábrica en que se producen en serie insumos o materias primas, se trata de preparar a las nuevas generaciones, por ello sólo los mejores deben estar frente a las aulas.
La reforma  no tiene dedicatoria, me parece que la misma es ya urgente e inaplazable, por ello el gobierno  no debe ceder ni un ápice en su intento por rescatar el sistema educativo que esta cautivo en manos de un sindicato que también está ya desfasado. Si los maestros están realmente comprometidos, se sumarán sin duda a la reforma. Los buenos tiempos en materia educativa para ésta país y quizá la salida del sótano del subdesarrollo se definirán, inexorablemente, en los próximos días.