El pasado 7 de Junio estuvo en la ciudad de Torreón, Coahuila, el investigador de la máxima casa de estudios de este país (UNAM), Mario Carbonell; quien vino a presentar un libro por demás interesante y cuya temática se encuentra actualmente en boga; su libro: Twitter, relata el auge de las llamadas redes sociales y su impacto en los diferentes aspectos de la vida sociopolítica y económica de las naciones; particularmente nuestro país.
El académico relata que son varias las áreas en donde las redes sociales han tenido un impacto considerable: el ejercicio periodístico, la política así como la economía son rubros que han tenido una transformación directamente relacionada con estos espacios virtuales.
Pero revisemos más detenidamente lo mencionado por el investigador:
El Facebook, el Twitter y páginas como el Youtube, además de tener como común denominador su existencia en la web, se han transformado en espacios informativos y de comunicación como ningún medio lo había logrado en retrospectiva, el éxito de éstos nuevos mecanismos radica en la interactividad que generan entre millones de usuarios; caso contrario, los llamados medios de comunicación masivos, como la televisión y la radio, no permiten dicha interacción, pues ésta se vuelve elitista al sólo presentar los puntos de vista del círculo llamado “comentocracia” por lo que la interacción entre el emisor y el receptor se vuelve nula o en el mejor de los casos: deficiente.
El periodismo, por su parte, se vuelve más objetivo y libre de restricciones al permitir la libre circulación de información sensible y delicada que en un medio de comunicación convencional sería imposible de hacer circular.
Temas relacionados con el crimen organizado, intransigencias gubernamentales, tráfico de influencias, negligencia, y muchos males más pueden ser denunciados en dichos espacios sin el mismo riesgo que supone hacerlo en un medio escrito. Así mismo, la interacción se vuelve más intensa al permitir a muchos analistas entablar discusiones con sus lectores, por lo que los otrora lectores pasivos se vuelven protagonistas activos en el intercambio de puntos de vista con los generadores de opinión pública.
Sólo para ilustrar un poco la importancia o trascendencia del periodismo en la web basta recordar el tan sonado caso de Wikileaks, quien puso en tela de juicio el proceder de varios gobiernos a lo ancho del orbe y supuso un hito histórico y un parte aguas en la forma en como se había venido desarrollando el periodismo.
En lo que respecta al ámbito político, es innegable la importancia que la web ha venido construyendo al permitir la difusión no sólo de propaganda política, sino que al mismo tiempo se pueden construir campañas que conculcan la regulación establecida por el reglamento electoral (COFIPE), dadas las circunstancias de la última reforma electoral que no pudo regular tan importante espacio de información.
Cabe mencionar la importancia que este espacio ofrece para la también interacción entre actores políticos y sociedad en general; es difícil encontrarse en la actualidad políticos de perfil alto y mediano que no utilicen las llamadas redes sociales para entablar comunicación con sus seguidores, simpatizantes u opositores y con ello generan una dinámica que permite un contacto más directo entre la clase gobernante y los gobernados, aunque poco sirva para que los primeros tomen en cuenta las exigencias de los últimos.
Y si a todo lo mencionado, le agregamos el ingrediente que se desprende según datos de la última encuesta del día mundial del internet que señala que en México existen 22 millones de usuarios de Facebook y 4.2 millones de usuarios de Twitter, el impacto mediático e informativo de las redes sociales es impresionante y como lo mencionara Mario Carbonell en su disertación, el crecimiento de dichas redes se vuelve exponencial.
El mismo investigador incluso señala que 22 millones de usuarios de Facebook pudieran darle la vuelta a una elección presidencial; y quizá el investigador tenga razón, sin embargo, me parece muy pronto vaticinar una posibilidad de esa magnitud; puesto que la mayoría de los usuarios de Facebook, espacio relativamente nuevo, son en su mayoría jóvenes menores de edad, según datos de Globescan.
Los últimos señalamientos de Carbonell también son interesantes, pues están directamente relacionados con aspectos eminentemente societales; el investigador afirma que uno de cada ocho matrimonios en Estados Unidos se conocieron en Facebook, mientras que en uno de cada cinco divorcios se presentan pruebas de Facebook.
Los números son, realmente impresionantes. Interesante sería cotejar dichas tendencias en nuestro país.
No obstante, no todo en las redes sociales es positivo, el mismo Facebook, al menos en mi papel de docente, ha sido el causante de problemas tales como pleitos entre alumnos derivados de difamaciones entre los mismos y que terminan generalmente en hechos lamentables; igualmente el bajo rendimiento académico se hace presente entre los jóvenes, pues es más el tiempo que los mismos le dedican a la web y a las redes sociales que a las labores propias del estudiante. Y ni dudar de las terribles campañas negativas llevadas a cabo por los políticos en dichos espacios, igualmente las extorsiones y otros actos ilegales se vuelven latentes para los usuarios de las redes sociales.
Definitivamente, estos nuevos resquicios informativos y de interacción ciudadana permiten una nueva forma de participación cívica, el mejor de los ejemplos son las recientes manifestaciones en oriente medio organizadas desde y a través de las redes sociales; éstos espacios han llegado para quedarse y extenderse confeccionando un nuevo estilo de información y de organización social que sin duda seguirá dando de que hablar dada la trascendencia de su misma existencia.