Una vez más; de manera anacrónica, desgastada y conservadora; se rindió el tercer informe de gobierno de la administración perredista que encabeza el joven Arturo Babún. Y para no faltar al viejo ritual ya predecible, el edil presentó su informe frente a un grupo de personas que en ningún momento dejaron de aplaudir constantemente las intervenciones del alcalde.
No obstante, el informe, como siempre en cada administración, no trascendió de una serie de actividades insustanciales (en su mayoría) llevadas a cabo a lo largo del 2008. Los torneos de Cachibol efectuados por la presidencia, las bodas comunitarias organizadas también por la administración pública, así como las constantes fiestas organizadas semanalmente; no denotan en ningún sentido crecimiento o desarrollo para San pedro y sus habitantes. Lo que si significan; es un derroche injustificado de recursos y de populismo al más puro estilo asistencialista de una izquierda ya desfasada tanto por la historia como por las políticas públicas.
El informe de gobierno o día del presidente, fue derogado en el ámbito federal este año que termina, puesto que no tenía nada de pragmático excepto los aplausos; lo mismo debería de suceder en los ámbitos restantes: Estados y Municipios. El cabildo (y otros actores) debe evaluar las acciones de la presidencia; y a los ciudadanos interesados se les debe de entregar la información en base a la ley de acceso a la información. Pero no sucede exactamente así.
La idea del informe presidencial es informar –valga la redundancia- sobre el estado que guarda la administración pública en determinado ámbito; no del estado que guardó (que son los actuales informes) ni tampoco el que guardará la administración pública, es decir; el estado actual de la obra pública, la infraestructura, el empleo, vivienda, salud; y todas las actividades realizadas por cada una de las dependencias de la actual administración. Sin embargo, lo que se presenta, es una lista de actividades secundarias, que si lo comparamos con un Municipio como el de Torreón; palidecen considerablemente. Y eso que nuestro Municipio es mucho más inveterado que el aludido. El informe, pues, se convierte en una especie de competición con respecto a pasadas administraciones; en aspectos como el número de hojas que contengan dicho documento; y en un ritual para que la administración se auto-complazca.
Esto explica el nulo crecimiento de San Pedro con respecto a los demás Municipios. Puesto que las autoridades administrativas se dedican tan sólo a eso: a administrar el pauperismo y el subdesarrollo de nuestra ciudad; sin ser propositivos en ningún aspecto; tal cual debe suceder en la gestión pública; si es que tienen alguna noción de lo que esto signifique. Debido a esto, la administración pública en San Pedro, resulta – a decir de Marx- “negativamente eficaz”.
El informe debió contener aspectos como los siguientes: Acciones que se tomarán para contrarrestar la crisis que se avecina tras el cierra de varias fábricas que emplean una cantidad considerable de personas; incremento en obra pública, eficiencia administrativa, transparencia y rendición de cuentas, calidad en servicios públicos, incremento en seguridad pública, innovación gubernamental, acciones contra la pobreza que trasciendan la entrega de cobertores. De poco importan los “bonitos eventos” -en palabras del Alcalde- cuando el desarrollo es casi nulo.
Da tristeza ausentarse del terruño un tiempo considerable y regresar y ostentar que todo sigue igual; o peor; y que el informe de actividades sigue siendo lo mismo de siempre: el ritual del día del presidente.