Hace algunos años presenté la primera iniciativa ciudadana en la historia del municipio en el que vivo; la propuesta era simple, pero sumamente trascendente para el desarrollo del pueblo en lo que respecta a su máxima autoridad: el cabildo. En aquella ocasión solicité reformar un artículo de la legislación local en el cual propuse que las sesiones del cabildo se transmitieran en vivo a través de redes sociales como el Facebook, sin embargo, luego del supuesto análisis, la comisión dictaminadora decidió rechazar la iniciativa, entre quienes votaron el rechazo estaba el regidor encargado de transparencia y actual alcalde, José Díaz Gutiérrez, quien no pareció entender en lo absoluto la comisión en la cual se desempeñaba. El cabildo le dio la espalda en aquella ocasión al pueblo al privilegiar la opacidad y los acuerdos en “lo oscurito” en detrimento de la máxima publicidad y la transparencia de los acuerdos que se toman en el recinto que define el destino del municipio. Unos años después, hurgando entres las actas del cabildo descubrí que los ediles le autorizaron al alcalde la solicitud de un crédito por la cantidad de 23 millones de pesos, dichos recursos pasarían a ser la deuda pública más grande en la historia de Allende y que se prolongará por 10 años. El entonces alcalde, Antero Alvarado, jamás realizó una rueda de prensa para comunicar la intención de endeudarnos, tampoco en sus redes apareció algo al respecto, simplemente en sesión de cabildo se presentó y aprobó ipso facto la solicitud. Desde luego que hice pública la felonía, que, lamentablemente, no tuvo el efecto de indignación masivo que en lo personal esperaba, pues la gente está acostumbrada a este tipo de gobiernos. Qué diferencia si los allendenses pudiéramos ver en vivo las sesiones de cabildo; nos hubiéramos dado cuenta sobre la sesión y los temas que se trataron y el endeudamiento que se aprobó; que diferente hubiera sido si mi iniciativa la hubieran aprobado; y fue precisamente en ese momento en que comprendí la causa del rechazo: el alcalde y su cabildo tomaron una irresponsable decisión en la completa opacidad, en las sombras, en la total indiferencia de un pueblo acostumbrado a la medianía de sus políticos y autoridades acostumbradas a hacer lo que quieran en el tenor de esa extraña sensación de que los cargos públicos son privados. En los próximos días habré de llevar la misma iniciativa, porque ha quedado claro lo pernicioso de dejar a los regidores y al alcalde solos con el poder de las decisiones alejados del escrutinio público. Será la segunda oportunidad para el alcalde en turno que como regidor rechazó dicha propuesta, espero y haya madurado y tenga ese compromiso con su pueblo al hacer lo correcto en el tema más importante de la administración pública: la transparencia, porque una segunda negativa solo es augurio de mayores calamidades en el manejo de la administración pública de nuestro vapuleado municipio.