De pronto en el tenor del
proceso electoral actual en nuestra entidad, aparecen en redes sociales,
particularmente en Facebook, encuestas que intentan medir la intención del voto
entre los candidatos a las diversas alcaldías del Estado. Con un simple “me
gusta”, “me encanta” o un “me enoja”, se puede votar por una de tres opciones
en contienda electoral. Las encuestas en este país han cobrado relevancia a
partir del año 2000, en el que María de las Heras anunció mediante una encuesta
la victoria del panista Vicente Fox, y es desde ese momento, que el fenómeno de
medición se ha disparado y a la vez distorsionado para ofrecer resultados que
incidan en la preferencia del voto de los ciudadanos. Se llama, en inglés,
Bandwagon, o mejor conocido como “efecto borrego”, y supone que psicológicamente
las encuestas inducen a los ciudadanos a votar por aquel que lleva la delantera
en una encuesta, pues los electores les gusta siempre estar con el ganador, según
afirma esta teoría. En fin, las casas o firmas encuestadoras utilizan metodologías
específicas con muestreos diferentes según el tamaño de la población, además
toman en cuenta rangos de edad, situación económica, tipo de colonia, etcétera,
lo cual genera márgenes mínimos de error y aún con toda esta metodología, jamás
son cien por ciento certeras ni confiables. Si eso podemos esperar de una
encuesta formal y profesional, resulta patético que se pretenda realizar una
medición a través de redes sociales, lo cual, ni siquiera como broma resulta aceptable.
Al respecto, el periódico El
Economista presentó un estudio sobre datos de usuarios de internet en 2017,
arrojando los siguientes resultados: Los principales usos del internet en
México son para acceder a redes sociales (83%), enviar y recibir correo
electrónico (78%), enviar y recibir mensajes instantáneos (77%) y buscar
información (74%). Facebook (95%) se mantiene como la principal red social en
México, seguida por WhatsApp (93%), YouTube (72%), Twitter (66%) e Instagram
(59%). Los usuarios pasan 38% de su tiempo conectados en internet en alguna red
social. Los smartphones son el principal dispositivo para acceder a alguna red
social, 8 de cada 10 internautas utilizan estos dispositivos. El detalle es que
estos 8 de cada 10 usuarios que hacen uso de redes como Facebook no son todos
ni mayores de edad, ni residentes del municipio en donde se realiza la laxa encuesta
en línea, por lo tanto, los resultados son menos que confiables y solo sirven
para generar falsas expectativas de una realidad que simplemente no es medible
con un instrumento tan inservible como lo es el Facebook como instrumento de
medición de preferencias electorales. Desde luego que cada quien sabe si infla
sus expectativas o las echa por tierra al aceptar como ciertos los resultados
de este tipo de encuestas que son implementadas por medios de dudosa calidad
periodística o aficionados que buscan generar polémica entre cibernautas
apasionados por la actual tesitura político-electoral que poco a poco está
llegando a su fin. Si de por sí las encuestas en este país son poco confiables,
menos se puede esperar credibilidad de una de ellas vía red social, no
obstante, lo que finalmente preocupa, es la facilidad con que se engaña a las
personas que de pronto ven noticias o encuestas por estos medios y que afirman
son certeras poniendo en evidencia la pobreza de fuentes de información de las
que se alimenta el mexicano.